Hace casi treinta años se ratificó la Convención sobre los derecho del Niño (CDN), tras la cual se ha llegado a consensos respecto a la agenda de cambios para que el sistema de protección y garantía del ejercicio pleno de derechos de niños y niñas. Además de los cambios institucionales y legales que se necesitan para avanzar, es fundamental promover cambios sociales y culturales que ayuden a eliminar toda vulneración hacia la niñez y las condiciones que la favorezcan.
La persistencia en el uso de la violencia y el maltrato hacia niños y niñas, ha motivado a distintas organizaciones internacionales a seguir contribuyendo al cambio sociocultural que frene este fenómeno. De acuerdo a cifras de UNICEF, el 51,5% de los niños el país sufrieron algún tipo de violencia física, estudio que también concluye que la familia chilena es un entorno favorable para que se manifiesta la violencia en la pareja y también hacia niños y niñas.
Tanto la investigación como los años de experiencia trabajando con niños y niñas en situación de vulnerabilidad, nos entregan información clara: La familia, la crianza y relaciones afectivas tienen efectos directos en el desarrollo de niñas y niños. Esta realidad nos obliga a poner urgencia en la creación de estrategias que transformen los contextos donde niños, niñas y adolescentes son víctimas de vulneraciones.
World Vision Chile y el Diplomado "Niñez y Políticas Públicas" de la Universidad de Chile, desarrollaron en conjunto el estudio, “Modelos Culturales de Crianza en Chile: Castigo y Ternura: Una mirada desde los niños y niñas”, orientado a reconocer y caracterizar los principales estilos de crianza y prácticas culturales presentes en las familias chilenas.
Entendemos como modelos de crianza al “conjunto de saberes y supuestos ideológicos que moldean la acción de los sujetos a nivel de socialización primaria (...) son las distintas maneras en que los padres [y las mujeres] orientan la conducta de sus hijos” (Salazar; 2006: 12). Estos incluyen los comportamientos y actitudes que los padres y las madres ejecutan en el proceso de socialización y formación (Baumrind 1971), así como las prácticas afectivas y comunicativas que se expresan en demostraciones de amor, aprobación y/o aceptación, así como la ayuda que se le otorga a niños y niñas (Maccoby y Martín 1983).
“Modelos Culturales de Crianza en Chile: Una mirada desde los niños y niñas de Chile”, es una investigación con enfoque cultural, considerando a este tipo de factores como los que ejercen una influencia crítica en la reproducción de las pautas que las familias chilenas privilegian en la educación de sus hijos e hijas. Los resultados reafirman lo que hace años revelan diversas investigaciones: La violencia está naturalizada y se instaló como un recurso para disciplinar, corregir y controlar.
Los invitamos a conocer los 6 modelos de crianza presentes en las familias chilenas, un primer paso para tomar conciencia y hacer los cambios necesarios para reconocer a niños y niñas como sujetos de derechos y eliminar la violencia de su vida cotidiana.
De acuerdo a los niñas y niños consultados, los estilos de crianza con mayor preponderancia son: Ternura con Reconocimiento (34,9%), Ternura sin Reconocimiento (21%) y Ambivalente sin Reconocimiento (18,1%).
Madres, padres y adultos significativos utilizan distintas estrategias y prácticas en el proceso de crianza y disciplinamiento de sus hijas e hijos. Hoy, éstas se mueven entre el afecto, el castigo, el reto y las prohibiciones, una ambivalencia que debería terminar para ser reemplazada por un estilo de crianza basado en la ternura y el reconocimiento.
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