La actual situación de emergencia en la que se encuentra el país, y que se inscribe en un contexto sin precedentes en el siglo XXI, ha obligado a las agencias y a los Estados a buscar nuevas estrategias para abordar las consecuencias derivadas del COVID 19 más allá del ámbito de la salud, entre éstas, las de tipo económico, social y cultural. En tal marco, y para comprender el actual escenario, resulta fundamental incorporar “la mirada” de género para abordar la actual emergencia y las consecuencias que se deriven de ésta en el corto, mediano y largo plazo.
Al respecto, es necesario señalar que si bien las consecuencias de un desastre o una emergencia afectan a la población en general, los efectos en la población son diferentes para hombres y para mujeres, para niños y niñas, ello como consecuencia de las condiciones preexistentes y que se relacionan, entre otros aspectos, con la variable de género, que va de la mano con otras como la raza, clase, edad, situación de discapacidad, situación migratoria, entre otras, lo que ha quedado en evidencia en el actual escenario.
De hecho, las mujeres, en general, suelen vivir en condiciones de mayor vulnerabilidad como resultado de los roles asignados socialmente, que se expresan en diversos espacios y ámbitos que muestran las desigualdades existentes: en la división sexual del trabajo, en la falta de acceso a los espacios de toma de decisión, en la dificultad para acceder a los recursos, etc. Desigualdad que tiene su origen en la construcción cultural y social que limita el acceso de las mujeres a la propiedad de la tierra, la vivienda, la educación, la salud y la participación política, entre otros espacios. De esta manera, se va configurando un escenario que impacta fuertemente a las mujeres, reduciendo sus posibilidades para eludir el riesgo y enfrentarlos adecuadamente. (PNUD, 2012)
Una problemática que refleja claramente la desigualdad y que muestra la vulnerabilidad que afecta a las mujeres –y niñas- es la violencia de género, que tiene múltiples expresiones tanto en el espacio privado como en el público, constituyendo el grupo más afectado en todo el mundo, fenómeno que se agudiza en situaciones de emergencia, como se ha visto en los conflictos armados y en aquellos derivados de los desastres naturales, donde quedan en mayor número expuestas a violaciones, trata y explotación sexual.
En el actual escenario y debido a las medidas de confinamiento y/o cuarentena que se dispusieron, el riesgo se presentó de la mano de la convivencia “obligada” con el “agresor” y a la dificultad que encuentran las mujeres para denunciar la situación que las afecta. De hecho, en condiciones habituales, se estima que menos del 40% de las mujeres ha buscado ayuda y/o denunciado la violencia doméstica que las afecta (ONU Mujeres, 2020). Así una situación preexistente de desigualdad basada en el poder que uno de los miembros del grupo familiar ejerce, generalmente un hombre, puede transformarse en una situación que pone en riesgo la integridad física y sicológica de quienes la viven.
Desde el inicio de las medidas de confinamiento dispuesta por un importante número de países alrededor del orbe, los organismos internacionales como ONU Mujeres y la OMS alertaron sobre la probabilidad cierta del aumento de la violencia hacia las mujeres. Lamentablemente las cifras desde el inicio dieron cuenta de aquello, siendo un indicador el sostenido aumento de las llamadas de auxilio por parte de las mujeres en distintos países del mundo: Singapur 33%, Chipre 30%, Francia 30%, Argentina 25%. (ONU Mujeres, 2020). Por su parte, y en el caso específico de Chile las llamadas al fono ayuda aumentaron 178% entre los meses de marzo-mayo.
Frente a esta situación, es importante reiterar que la violencia en contra de las mujeres y su defensa es un tema de Derechos Humanos, y para ello existen distintos tratados y convenciones internacionales a los que los Estados han adherido, y que entregan el marco legislativo para actuar y buscar garantizar su cumplimiento, entre estos destacan: la Convención Contra la Eliminación de Todas las Formas de Violencia en Contra de la Mujer (1979); Belem Do Para (1994); y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995)
De data más reciente, son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, 2015) que dentro de su objetivo 5 “igualdad de género y de empoderamiento de niñas y mujeres”, se propone “Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación”
En el marco descrito, el Estado chileno ha respondido legislando para abordar la violencia en contra de las mujeres, a través de la Ley 20.066, Ley de Femicidio 20.408, recientemente modificada, y conocida como “Ley Gabriela”, la Ley de Acoso Sexual Callejero que buscan abordar la violencia en todas sus formas tanto en el ámbito privado como el público.
No obstante, y a pesar de reconocer los avances en materia legislativa se plantea, por parte de la sociedad civil la necesidad, por un lado, de avanzar en la tipificación de la violencia de género propiamente tal yendo más allá del ámbito de las relaciones familiares, de convivencia, afectivas, etc., y por otro, el aumento de las penas efectivas establecidas para los de delitos de violencia en contra de las mujeres
World Vision https://www.worldvision.cl/violenciaviral ha venido trabajando la temática de la violencia de género como una línea transversal en sus programas de intervención, apostando por la educación, prevención y sensibilización sobre la violencia, no obstante frente a situaciones que requieren atención inmediata, es importante que las mujeres se informen y tengan claro que la crisis actual –y futura- no constituye motivo para aceptar la violencia que las afecta y que no deben postergar la denuncia, la que puede realizarse en Carabineros, PDI o Fiscalía.
En caso de requerir ayuda y/o atención, existe un servicio de atención telefónica dispuesto por el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género:
Fono Orientación 1455 para recibir información y apoyo al respecto. De igual modo, recibe llamadas de quienes son testigos de violencia contra de la mujer. Es una línea gratuita, que atiende las 24 horas, los 7 días de la semana. https://www.sernameg.gob.cl/
Referencias:
https://minmujeryeg.gob.cl/
https://www.youtube.com/watch?v=FUbA0VTykRk
http/www.bcn.cl
http://www.nomasviolenciacontramujeres.cl
http://www.fiscaliadechile.cl/Fiscalia/victimas/violencia_intrafamiliar